Apneas

Las apneas consisten en paradas respiratorias que pueden ir desde unos 8 segundos hasta los 90 segundos, seguidas de un ronquido más potente y repicante. Por tanto hay roncadores puros y roncadores que ademas hacen apneas o hipoapneas.

Es muy importante reconocer a los pacientes con SAOS (Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño), puesto que ellos mismos no son conscientes del problema. Una persona que ronca, que tiene paradas respiratorias más o menos frecuentes y que por el día está somnoliento, tiene que alertarnos de un posible SAOS. Es evidente que los primeros signos tiene que comentarlos la persona con la que convive. El SAOS es importante detectarlo, porque durante esas pausas respiratorias disminuye la concentración de oxígeno en sangre, con todo lo que ello acarrea para la salud general a largo plazo: hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares, accidentes de tráfico por la somnolencia diurna, falta de concentración en el trabajo, depresiones etc.

TRATAMIENTO DE LA APNEA DEL SUEÑO

Dado que éste es un problema muy frecuente, las unidades del sueño suelen estar colapsadas, el dentista especialmente, podemos desarrollar una labor fundamental en el diagnóstico y en el filtro de los pacientes más graves. La gravedad del SAOS depende del número de apneas por hora. Si son más de 30, es aconsejable derivar al paciente a una unidad del sueño.

Es obvio que para ello necesitamos hacer un diagnóstico lo más exacto posible. Actualmente disponemos de aparatos relativamente sencillos como el “APNIA”, con el cual el paciente en su casa de una manera sencilla puede medir, entre otras cosas, la saturación de oxigeno, el número de apneas etc. Los datos los podemos recoger en un programa informático, pudiendo evaluar la gravedad del cuadro.

La mayor parte de los casos los podremos resolver en nuestra consulta dental con un dispositivo de avance mandibular. Es un aparato que se coloca entre los dientes que hace que la mandíbula se adelante con respecto al maxilar superior, haciendo que la vía respiratoria superior quede más abierta y el aire pueda pasar sin dificultad. Estas férulas modernas son muy finas con lo cual se toleran muy bien y además se puede regular el grado de avance en función de las necesidades.

Este tratamiento suele tener muy buenos resultados para los roncadores y para los SAOS leves. En casos más graves hay que recurrir a la cirugía de avance mandibular o a la plastia de úvula y paladar blando.